jueves, 12 de julio de 2012

El Muflon

Muflón

Ovis gmelini musimon

Inglés: mouflon. Francés: mouflon corse. Italiano: muflone. Portugués: moflâo .
Gallego: carneiro bravo. Catalán: mufló. Vasco: mouflon.


IDENTIFICACIÓN

El muflón es un bóvido alóctono, es decir, una especie introducida. Dada su parentesco con la oveja, la apariencia del muflón nos recordará a dicha especie doméstica. Destacan en el muflón las extremidades finas y el cuello largo, orejas prominentes, cola corta y presencia de cuernos desarrollados en los machos. La altura a la cruz está en torno a los 70 centímetros, con pesos que no suelen superar los 45 kilogramos en los machos y rondar los 20-30 en las hembras.
Como en otras especies de rumiantes silvestres, el pelaje cambia en función de la estación del año, aunque en general el pelo se mantiene corto y tupido, salvo en el pecho de los machos adultos que es largo. En invierno el color es de color pardo oscuro mientras que en verano tiende a ser más claro, si bien pueden existir individuos casi totalmente oscuros y otros más claros. Destacan en ambos sexos la mancha facial de color claro que va variando en función de la edad, así como el color blanco del disco anal, patas y vientre. Además, los machos muestran una mancha adicional en el dorso que se asemeja a una “silla de montar”.
Como bóvidos que son, tienen cuernos que crecen durante toda la vida (las cuernas de los cérvidos se van sustituyendo año tras año), aunque el desarrollo “en espiral” es notable en los machos, a diferencia de las hembras en los que son mucho más pequeños y no llegan a retorcerse. En consecuencia, la diferenciación del sexo no suele ser problemático y los machos pueden ser identificados fácilmente por observación de cuernos y la mancha en el dorso en forma de silla.
En cuanto a la determinación de la edad, en los machos se recurre al análisis de los cuernos, en concreto los medrones, que puede realizarse con cierta precisión, incluso a distancia, aunque la observación de éstos será más precisa con el animal en la mano. Estas rugosidades en los cuernos reflejan “la parada” en el crecimiento de dichos cuernos durante cada invierno, siendo muy útiles para la determinación de la edad hasta los siete-ocho años, aunque a partir de esta fecha el crecimiento no es tan importante y su utilidad es más limitada. Puede entonces recurrirse a la observación de la mancha facial, en ambos sexos, que se irá incrementando con la edad, llegando a los ojos a los cinco-seis años y por encima de ellos a partir de los 10 años, hablándose de “máscara” en animales viejos.
El análisis de cuernos y mancha facial no debe obviar en análisis dentario, muy frecuente a la hora de datar cualquier cérvido, que en el caso del muflón será útil especialmente en individuos menores de 4 años, que irán cambiando paulatinamente su dentición de leche por la definitiva.

DISTRIBUCIÓN Y HÁBITAT TÍPICO

Como se apuntó anteriormente, el muflón fue introducido en España y otros países europeos en fechas relativamente recientes, siendo nativo de Córcega y Cerdeña aunque no existe unanimidad científica sobre el origen de la especie.
Sea como fuere, a España llegaron los primeros ejemplares en los años cincuenta, acción impulsada por el desaparecido Servicio Nacional de Pesca Fluvial y Caza. Según los datos de este organismo, los lugares elegidos fueron la Sierra de Cazorla, Toledo, Cuenca, Ciudad Real, Cáceres, Córdoba, Valencia y Tenerife, entre otras provincias. Las sueltas, que no solían ser muy numerosas dado que normalmente se soltaban un par de rebaños, han dado lugar a una importante población de miles de animales contando reservas públicas y fincas privadas en las que también se produjeron estas sueltas.
El hábitat del muflón es claramente mediterráneo, con una adaptación muy notable a diversos paisajes extremos aunque los autores señalan que las precipitaciones copiosas, sean en forma de nieve o lluvia, no suelen “agradar” al bóvido. Al igual que otros rumiantes silvestres muy ligados a los paisajes mediterráneos, el muflón selecciona ambientes variados que alternen superficie forestal y arbustiva con zonas más abiertas con pastosa. La combinación de estos paisajes son reflejo de las necesidades vitales de cualquier especie animal: agua, alimentación y cobijo.

ASPECTOS REPRODUCTIVOS

La reproducción del muflón nos va a recordar, en parte, a la de otras especies como el ciervo, dado que el muflón es polígamo y el macho va a intentar copular con varias hembras. No obstante, el muflón presenta ciertas particularidades.
La madurez sexual en ambos sexos se alcanza al año y medio de vida pero los estudios sugieren que la participación en la reproducción no sucede hasta los cuatro años. El celo comienza entre octubre y diciembre, momento en el que los machos van a intentar cubrir a las hembras, que se mantienen en grupo. Varios estudios apuntan que el comportamiento de la hembra es determinante en este sentido, dado que en dependencia del tipo de hábitat, el riesgo de depredación y la disponibilidad de alimento las hembras pueden disgregarse en grupos pequeños, que no superan los cinco animales, forzando a los machos a recorrer más terreno. Por el contrario, poblaciones en las que no exista una elevada presión de depredación y el alimento sea más disponible, los grupos de hembras serán más grandes, agrupándose los machos en torno a estos rebaños de hembras, sucediendo en ocasiones las “peleas” cuernos con cuernos, que finalmente resultan en un macho dominante que se apareará con la mayoría de las hembras y que defenderá su harén frente a “intrusos”.
La gestación dura unos cinco meses (150-155 días), agrupándose los nacimientos en las poblaciones desde finales de invierno hasta avanzada la primavera, pariendo por lo general una sola cría. La lactación comprende como media los 3-4 primeres meses de vida, permaneciendo la cría con su madre durante el primer año de vida, aunque a veces puede prolongarse más. En primavera hay una separación de sexos, de modo que los machos se agrupan por una parte y las hembras y crías por otro.

ALIMENTACIÓN

Otra característica del muflón es su adaptación a los recursos tróficos del hábitat y, aunque tenga predilección por las gramíneas, puede aprovechar otros alimentos más bastos como cortezas, hojas y musgos. Agradece la presencia de cursos de agua para abrevarse pero también aprovecha con facilidad la humedad contenida en los alimentos. Esta capacidad para adaptar su dieta ha provocado ciertos problemas en el Parque Nacional del Teide, dado que muchas plantas endémicas de este entorno (quiere decir plantas que sólo existen en esta parte del mundo), han sido diezmadas por el pastoreo del muflón, que emplean buena parte de su tiempo en alimentarse.

DINÁMICA POBLACIONAL

El muflón es sedentario y de marcado carácter gregario, con un fácil crecimiento de sus poblaciones si las condiciones son favorables, dado que la mayoría de las hembras paren si el hábitat y la presión de depredadores son los idóneos. No obstante, tenemos que recordar que las poblaciones ibéricas son introducidas y en muchas ocasiones se encuentran en fincas valladas, luego su dinámica poblacional está más condicionada por el manejo que realiza el hombre que por condiciones ecológicas. En poblaciones no introducidas se apuntan a las condiciones climatológicas desfavorables como principal factor limitante, especialmente la nieve. Por otro lado, los autores apuntan que el muflón puede incrementar su densidad en períodos de tiempo relativamente cortos (menores de cuatro y cinco años) pero que le “cuesta” mucho colonizar nuevos territorios y expandirse.

APROVECHAMIENTO CINEGÉTICO

Períodos hábiles y modalidades
La caza se autoriza desde octubre hasta finales del invierno e incluso primavera. Las modalidades contempladas en las CCAA en las que existen poblaciones son la montería, batida y el rececho, si bien ésta última es que la que goza de mayor popularidad, dado que el rececho permite abatir ejemplares con buenos trofeos.
Aunque las introducciones de especies ya no son aceptadas bajo el punto de vista de conservación, en aquellas fincas que históricamente hayan contado con muflones puede suponer un atractivo como especie diferenciada del ciervo y corzo.

martes, 17 de junio de 2008

Cordorniz - Coturnix coturnix



Estado Cinegético.

En Tenerife las codornices fueron abundantes en el pasado propiciado por el gran número de cosechas que favorecian sus moradas como las de los cereales y leguminosas. Es un ave migratoria aunque existe una pequeña población residente. Debidas a estas circunstancias los cazadores son pocos y especializados. Su período cinegético aconsejable es del 20 de septiembre al 20 de noviembre.

Características Generales.

Su tamaño aproximado es de 18 cm. y su envergadura de 35 cm. La coloración es parda y ocre con franjas oscuras. El macho maduro presenta una banda negra en la garganta y en el mentón. La hembra madura, en cambio, tiene el pecho moteado y la garganta y mentón blanco.

Distribución y Hábitats.

Actualmente se encuentran relegadas en enclaves de la zona norte desde La Laguna hasta Santiago del Teide. Son especialmente abundantes en Tacoronte, Los Rodeos, Icod del Alto y los Carrizales. Se localiza entre los 200 y 700 metros aunque en Erjos alcanzan incluso los 1.200 metros. Viven preferentemente entre los cultivos de gramíneas y leguminosas.

Alimentación.

La codorniz se alimenta de semillas, frutos, brotes tiernos e incluso algún insecto.

Cría.

En época lluviosa la mayoría se quedan en la isla y comienzan la nidificación en invierno. Las migratorias que llegan a principios de primavera nidifican en el verano y emigran en otoño. En épocas secas no cría emigrando en julio y agosto. Su nido es sencillo y difícil de encontrar. Tiene 1 a 2 puestas al año poniendo de 7 a 18 huevos.

Gráfico

Celo: Abril
Reproducción y crianza: Mayo, Junio y Julio
Inmigración: Primero de Marzo a Junio
Emigración: Agosto, Septiembre y Octubre

Tórtola - Streptopelia turtur





Estado Cinegético.

La tórtola es un ave migratoria. Llegan a la isla a mitad de Marzo y hasta Junio. No existen poblaciones sedentarias. Su período cinegético aconsejable es del 20 de septiembre al 20 de noviembre.

Características Generales.

Su tamaño aproximado es de 27 cm. La parte superior del cuerpo es de color marrón y el pecho rosáceo. A ambos lados del cuello posee unas manchas de líneas negras y blancas. La cola es casi negra con franja terminal blanca.

Distribución y Hábitats.

Ocupa todas las zonas, salvo las más secas y el matorral de alta montaña pero, incluso éstas últimas, pueden ser visitadas ocasionalmente en busca de alimento.

Alimentación.

Se alimenta de todo tipo de semillas y granos.

Cría.

Realizan 2 puestas anuales en los meses de mayo a junio en un nido rudimentario. Pone 2 huevos que crían e incuban los dos progenitores durante 14 días. Durante 18 días los padres alimentan a sus crías. Vive habitualmente en parejas o grupos pequeños. Emigra de septiembre a octubre después de la época de reproducción para pasar el invierno en el Continente Africano.

Reproducción y crianza: Mayo a mediados de Agosto

Inmigración: Finales de febrero hasta Junio

Emigración: Agosto, Septiembre y Octubre

jueves, 12 de junio de 2008

LA PALOMA TORCAZ


Ficha Técnica
Orden: Columbiformes.
Familia: Columbidae..
Especie: Columba palumbus.
Envergadura alar: de 68 a 75 cm.
Longuitud del cuerpo: de 40 a 45 cm.
Longitud de la cola: Unos 12 cm.
Peso: de 400 a 600gr.
Status de la especie: Especie cinegética que no se encuentra amenazada, ni en peligro

Morfología

Es la mayor de las palomas de amplia difusión. Su longitud es superior a los 40 cm y su envergadura alar es de 75 cm. Pesa hasta 500 g.
Es de coloración azul grisácea, con luminosas manchas blancas a ambos lados del cuello, pero no los jóvenes. La cola es más larga que en la paloma bravía y zurita. También tiene manchas alares blancas en forma de media luna, e irisaciones verdes y purpúreas en el cuello, que enmarcan la mancha blanca.
Son aves esquivas, de bosque, que también buscan su alimento sobre los campos. Fuera de la época de celo son prácticamente mudas.

Reproducción

A lo largo de todo el verano se puede observar el vuelo de celo de la paloma torcaz: el palomo despega de la copa de un árbol, remonta el vuelo y a continuación se deja caer en un brusco planeo. Los vuelos ascendentes y descendentes se ordenan sucesivamente para cubrir el rodeo del territorio del nido, que acaba en las inmediaciones del árbol de despegue.
En las palomas de los jardines se puede observar también el reclamo sobre el suelo: el palomo da ágiles saltitos detrás de la paloma, inclinándose gravemente. Al mismo tiempo despliega su cola y murmura sordamente "ruuj" seguido de algunos brincos dados con ambas patas.
A primera vista, la multiplicación de la paloma torcaz es escasa, dado que únicamente pone dos huevos. Pero crían varias veces, empezando en abril y terminando en agosto, disponiéndose fácilmente para otra puesta cuando ha perdido una nidada.
El nido es una bandeja plana de leña menuda, en lo alto o en la parte baja de un árbol, dispuesta tan dispersamente de forma que es transparente. Está ubicado normalmente en la zona de las copas de pinares espesos o de nuevas plantaciones.
La paloma hembra incuba a diario desde las 4 de la tarde hasta las 8 de la siguiente mañana, hora en que el palomo la releva con gran puntualidad. En realidad, el incubar supone para estas aves la liberación natural de una tendencia. Las palomas incuban y dan calor muy concienzudamente; si se les asusta en el nido, suelen abandonar la incubación. Es una precaución evidentemente eficaz, puesto que la puesta posterior tiene de nuevo todas las posibilidades de permanecer oculta y libre de problemas.
La incubación dura de 15 a 18 días. Los pollos permanecen en el nido durante 3 ó 4 semanas.
Los pichones son alimentados, como en el caso de las demás palomas, con leche del buche paterno y con semillas, por lo general dos veces al día, por la mañana y por la tarde.

Alimentación

Como aves forestales, las palomas torcaces encuentran su alimento (piñones) durante el año en las piñas colgadas o caídas en el suelo. En otoño comen también bellotas, que rompen de las ramas y tragan enteras. En invierno cogen yemas, demostrando ser unas grandes gimnastas, en las puntas de las ramas, aunque dan la impresión de ser aves bastante pesadas. En horas tempranas se desplazan a los campos y picotean semillas de gramíneas.
Donde se reúnen en bandadas resultan perjudiciales y son combatidas cada vez más por iniciativa de los labradores.
La paloma torcaz es una de las pocas aves que ha aumentado en casi toda Europa desde los años de la postguerra, junto con la tórtola turca, la gaviota reidora común, la focha común y otras especies. Todas ellas son aves de tamaño mediano, debiéndose atribuir su expansión a la desaparición de sus enemigos naturales, que son el azor, el halcón común y el zorro.
Cuando beben no levantan la cabeza, sino que succionan el agua como si sorbieran mediante una pajita.

Costumbres

Los pichones, que todavía con el plumón son tomados y criados por la mano del hombre, se aproximan y relacionan estrechamente con él. La crianza no es difícil si se dispone de papilla,s pero requiere mucha dedicación y tiempo. Sólo hay que meter el pico del polluelo de paloma en una papilla bastante líquida, para que la vaya ingiriendo a sorbos. Pero si el polluelo ya tiene plumas rechazará con aletazos cualquier intento de aproximación.
En el sur de Francia, donde la migración otoñal de palomas se concentra en un estrecho paso migratorio al sortear los Pirineos, las palomas torcaces se suelen cazar con redes.
En general, las palomas en las ciudades se están convirtiendo en una verdadera plaga. Transmiten enfermedades del aparato respiratorio a los humanos y sus heces son sumamente corrosivas, llegando a dañar edificios históricos. Dada su gran capacidad de reproducción en entornos humanizados, no deberían ser alimentadas por el hombre para evitar el desequilibrio ecológico a que dan lugar.


Hábitat

Vive en oquedades, así como en sitios cerrados y bosques delimitados. En algunas ciudades la paloma torcaz se ha convertido en el ave más común y más confiada de los jardines, mientras que en otras falta por completo.

LA PERDIZ


Ficha Técnica
Orden: Gallináceas.
Familia: Faisánidas.
Género: Alectoris.
Especie: Alectoris Rufa.
Subespecies presentes: A.r.hispanica Seoane, 1894, que cría en el norte y en el oeste de España y A.R.intercedens Brehm, 1858, que cría en el este y el sur. Siendo la primera más oscura, de colorido más brillante y de pico más grande.
Longuitud del cuerpo: de 33 a 38 cm.
Longitud de la cola: Unos 12 cm.
Peso: alrededor de los 1.500 gr.
Status de la especie: Especie cinegética que no se encuentra amenazada, ni en peligro.


Morfología
Existen diferencias morfológicas que las distinguen, como en el color de la corona y el cuello, el número de listas transversales negras de las plumas de los flancos y el color de las plumas de los flancos. En el caso de la perdiz roja, la corona es gris en el pico y castaño en el resto. El cuello es blanco con una franja negra del collar sin colgar. En los flancos tiene una sola lista transversal y las plumas de sus flancos son con la base gris azulada y de un blanco muy intenso, puro negro o marrón oscuro.
La perdiz roja en estado adulto tiene una longitud aproximada entre 33 y 38 cm y una envergadura de 50 a 60 cm, con una cola que llega medir unos 12 cm aproximadamente. El plumaje y el color que lo caracteriza cambia según la edad y el sexo. Los pollos de perdiz de una semana no vuelan, no tienen cola y el plumón es blanco en la parte superior del pico y dorado en su parte ventral. A las dos semanas comienza a realizar pequeños vuelos y el color del plumón en la parte superior del pico se cambia a un color negro mientras que en la parte ventral el plumón se vuelve blanco. Al mes de vida los vuelos son más largos y el plumaje del dorso toma un color crema con moteados en la parte ventral a la vez que surge un ribete negro por encima del pico.
Con un mes y medio el capirote se vuelve gris, surgen manchas negras en la parte superior del pico y en la posterior del cuello, la cola se hace visible y las plumas del dorso ya aparecen de un color pardo y barradas. El color del cuello tiende hacia el negro y los laterales de la cabeza y la garganta hacia el color blanco.
Con tres meses el pico y las patas son de color naranja y el collar del cuello está sin cerrar. En los quince días siguientes las patas se vuelven rojas y en los machos juveniles la pluma más externa del ala es puntiaguda y con una mancha blanca.
La hembra adulta de quince meses muestra la pluma más externa del ala con su borde gastado y una mancha blanca. Carece de espolón. A los veintisiete meses el plumaje de la hembra es rojizo, presenta un collar negro que va de la base del pico hacia la garganta; tiene una tonalidad de color blanco sucio, presentando un babero de plumas de color gris perla y negro.
En sus flancos se aprecian las características bandas transversales donde alternan los colores rojo, blanco y gris perla, ribeteados de una fina línea negra. Su pico y las patas son rojas y en algunas ocasiones presentan un pequeño espolón.


Hábitat

La perdiz común o perdiz roja vive en áreas de secano con alternancia entre cultivos agrícolas cerealistas y terrenos baldíos o monte bajo. También ocupan la montaña, aunque con menor densidad. En la cordillera Cantábrica, en el Sistema Central y en el macizo de los Pirineos, conviven con las perdices pardillas, aunque casi siempre la perdiz roja está relegada a terrenos más bajos.

Reproducción

A partir de Enero los machos empiezan su periodo de celo. La época de cría se desarrolla desde finales de abril a mayo. El macho prepara varios nidos en depresiones someras con poco tapizado de la vegetación próxima. La hembra elige uno, anida en el suelo y pone entre 9 y 18 huevos subelípticos, lisos y brillantes, de color blanco amarillento y a menudo dipersamente manchados. Pone los huevos a intervalos aproximados de 36 horas y los incuba en veintitrés días y medio. La hembra puede hacer dos puestas en nidos diferentes, en cuyo caso una puesta es incubada por la hembra y la otra por el macho. Los polluelos que eclosionan con un peso aproximado de veinte gramos, son nidífugos y consecuentemente abandonan el nido con rapidez, aunque los perdigones permanece unidos hasta el siguiente periodo de cría.

Costumbres

La perdiz roja vive en bandos familiares que denotan un buen estado general de la población cuando el número de individuos oscila entre 16 y 25 ejemplares. Ocupan un territorio pequeño, por término medio de unos 500 metros cuadrados, en gran parte debido a su carácter sedentario y la disminución de riesgos que supone no realizara grandes desplazamientos para alimentarse. Durante el periodo invernal la perdiz emite su canto peculiar por la mañana y a la puesta de sol y sobre todo cuando la bandada se ha dispersado y también para atraer al macho. Al espantarse la bandada, todos los individuos salen corriendo en la misma dirección. Duermen generalmente en lugares abiertos que facilitan la huída y en las franjas horarias de más actividad (Atardecer y primeras horas de la mañana) se desplazan para comer caminando, mientras algún individuo permanece vigilando. Beben en las charcas y aprovechan el agua condensada por el rocío y a medio día se dedican a la higiene personal, cuidando su plumaje y tomando baños de arena.

Alimentación

La perdiz es un ave omnívora. A la semana de vida su dieta está compuesta por un 66% de invertebrados y un 33% de semillas y flores. A las dos semanas su alimentación se invierte e ingiere un 66% de semillas y flores y un 33% de invertebrados. A las tres semanas, cuando se pueden considerara adultos siguen consumiendo un porcentaje mayoritario de vegetales (97%que se reparte entre semillas, frutos, hojas, raíces y flores, el resto lo aportan los insectos y los líquenes. Es pues evidente que la alimentación de las perdices esta muy condicionada por la disponiblidad de alimento que, a su vez depende en gran medida de la climatología y de las condiciones de partida del hábitat allí existente.

LA LIEBRE


Ficha Técnica
Orden: Lagomorfos.
Familia: Leporidos.
Género: Lepus
Especie: Lepus granatensis (Rosenhauer, 1856).
Subespecies presentes: En la Península Ibérica se localizan tres subespecies: la liebre de Galicia (Lepus granatensis gallaecius, Miller, 1907); la liebre de Mallorca (L. g. solisi, Palacios y Fernández, 1992); y, la liebre ibérica (L. g. granatensis , Rosenhauer, 1856)
Longitud del cuerpo: entre 44 y 50 cms.
Longitud de la cola: de 9 a 11 cms.
Longitud de las orejas: de 9,3 a 10,5 cms.
Alzada a la cruz: de 17 a 25 cms.
Peso: de 1.500 a 2.600 gramos.
Status de la especie: Se trata de una especie cinegética que no se encuentra en peligro.

Morfología
La liebre tiene una constitución característicamente atlética, con extremidades finas y largas, pero particularmente dotadas de unos músculos muy poderosos que cuentan además con la peculiaridad de contener hemoglobina, lo que le da el característico color rojo oscuro a su carne, permitiéndole que su velocidad y resistencia en la marcha sea superior a la de otras especies como el conejo.


La liebre tiene muy desarrollados el oído y el olfato, siendo la vista su peor sentido. El tipo de vida que lleva la liebre, en terreno abierto, sin refugiarse en madrigueras abiertas en el suelo, ni entre piedras o troncos de árboles, motiva una especial adaptación del animal a este medio, habiendo desarrollando una particular estrategia defensiva dentro de la etología de la especie. Así, la liebre no solo es muy veloz y ágil, pudiendo alcanzar una velocidad punta de 70 Km/hora, sino que está siempre atenta a cuanto sucede a su alrededor, siendo una estampa clásica de la especie, verla sentada sobre el suelo con las patas delanteras colocadas de forma erguida, para escudriñar y vigilar cuanto sucede en su territorio, en la forma que se reproduce en la imagen principal que ilustra esta ficha. La liebre es también sumamente recelosa y cautelosa, de forma que no se dirige nunca directamente a su lugar de encame, sino que con la clara intención de despistar a posibles depredadores y diluir su rastro, efectúa bruscos giros y cambios en el sentido de la marcha, para terminar dando un gran salto cuando está próxima a su refugio, colocándose en sentido contrario al llevado en la marcha.

Reproducción
El celo tiene lugar a lo largo de todo el año, aun cuando los periodos de celo se solapa con los períodos de máxima abundancia de alimento, de modo que la disponibilidad de comida es lo que va a condicionar más la reproducción del animal, si bien la climatología favorable también le beneficia.
La gestación dura de 42 a 44 días (de 28 a 33 días en el conejo). La gestación de la hembra es de lo más curiosa, habiéndose descrito varios fenómenos en la especie:
- La superfetación: tras la primera cópula queda fecundada, pero sigue siendo receptiva y no interrumpe la ovulación; al poco tiempo, gracias a los espermatozoides que es capaz de retener desde el primer apareamiento, otros óvulos quedan fecundados, desarrollando entonces dos embarazos diferentes, diferidos en el tiempo.
- La reabsorción: consiste en la desaparición física de los embriones implantados en el útero y que por alguna razón han muerto. Lo que puede afectar a uno o varios fetos, por lo que se admite que el aborto no se da en la liebre.
La hembra puede criar durante todo el año, aunque el mayor porcentaje de hembras preñadas se da en los períodos febrero-abril y junio-julio.
Las hembras jóvenes solo tienen dos partos al año, pasando al segundo o tercer año a tener 3 ó 4 partos anuales, lo que mantiene en los años posteriores. La liebre, a diferencia del conejo, no pare en madrigueras, sino que lo hace al aire libre en un lugar que habilita sobre el suelo llamado paridera, una cama que es acondicionada con pelos del animal y hierba seca, donde da a luz a sus lebratos. El primer parto es el menos numeroso, con solo 1 ó 2 lebratos, siendo los siguientes de 3 ó 4 individuos,


Alimentación
La liebre se alimenta básicamente de gramíneas, las que integran un 75 % aproximadamente de la dieta del animal, aun cuando también incluye en su alimentación otros productos vegetales como raíces, bulbos, cortezas de plantas leñosas y frutos silvestres e incluso carroña, particularmente en época de escasez. Muy curiosa dentro de la etología de la liebre, al igual que ocurre con el conejo, es la producción por el animal de unos excrementos esféricos y húmedos recubiertos de mucus que son reingeridos, tomados directamente del mismo ano, sin masticar, ricos en vitamina B12 y microflora, necesarios para la digestión de la celulosa, lo que se conoce como coprofagía, con lo que se desarrolla una falsa rumia. El proceso se ha descrito del siguiente modo: el alimento a la salida del estomago se introduce en el ciego, donde fermenta, estos vegetales ya medio aprovechados, no pueden retroceder de nuevo al estomago, como hacen los rumiantes, sino que los lagomorfos recogen estos alimentos directamente del ano y los vuelven a ingerir, mezclándose con nuevos alimentos del estomago, formado lo que son conocidos como bolos cecales.

Hábitat
Aun cuando las patas cuentan con cinco dedos y uñas excavadoras, al igual que ocurre con el conejo, especie a la que se asimila la huella de la liebre, la abundante pilosidad que cubre toda la planta y dedos impide su marca nítida, la que presenta no obstante un característico e inconfundible aspecto, que se aprecia en las imágenes se reproducen en las fotografías laterales de esta ficha. La huella de la pata posterior es ligeramente mayor que la del anterior; además, cuando apoya o marca el talón, lo que hace para avisar a otros congéneres en situaciones de peligro, deja marcada una línea longitudinal. Aun cuando la huella de la liebre puede confundirse con la del conejo, el análisis en conjunto de uno y otro rastro, particularmente cuando van en carrera y la marca es sobre terreno blando o nieve, es fácil de diferenciar en cuanto que mientras que el conejo deja un curioso rastro en forma de Y la libre tiene forma de L (pueden verse imágenes comparativas), al no estar tan centradas las huellas posteriores con respecto a las dos anteriores en la liebre como en el conejo.

EL CONEJO



Ficha Técnica

Orden: Lagomorfos
Familia: Leporidos
Género: Oryctolagus
Especie: Oryctolagus cuniculus (Linnaeus, 1758)
Subespecies presentes: Una sola especie en al Península Ibérica. Aun cuando otros estudios taxonómicos más recientes consideran la presencia de 2 subespecies: la Oryctolagus cuniculus algirus, con presencia limitada a Galicia, Portugal y la mitad del suroeste peninsular, y es de tamaño corporal algo más pequeño que la otra especie, la Oryctolagus cuniculus cuniculus, que ocupa el resto del territorio peninsular, subspecies de la que se considera proceden todas las razas de conejo doméstico.

Longitud del cuerpo: entre 33 y 40 cms.
Longitud de la cola: de 4 a 6 cms.
Longitud de las orejas: De 7,5 a 9 cms.
Alzada a la cruz: De 15 a 20 cms.
Peso: De 900 a 1.500 gramos.
Status de la especie: Especie cinegética que no se encuentra amenazada, ni en peligro.


Morfología

El conejo de monte tiene un pelaje espeso y lanudo, pardo pálido a gris sobre el dorso y blanquecino en su vientre. Su cabeza es redonda y sus ojos grandes y marrones. Se caracteriza sobre todo por sus largas orejas, de hasta 7 cm (más cortas que las de la liebre común). Su cola es muy corta y carece de una mancha negra en el dorso que sí posee la liebre, y cuyo color blanco se distingue fácilmente cuando el conejo huye. Las patas anteriores son más cortas que las posteriores. No presenta dimorfismo sexual.
Una manera fácil de distinguir al conejo de la liebre, aparte de su menor tamaño, es plegando las orejas hacia delante: en el caso del conejo no sobrepasan el borde del hocico.
Mide de 33 a 40 cm entre la cabeza y el cuerpo, y tiene una cola de 4 a 6 cm. Su peso es de 1,5 kg aproximadamente.



Hábitat

Vive en praderas secas, linderos de bosques, parques, etc. En montañas llega a vivir hasta los 1.500 m de altura, aunque es más bien una especie típica del monte y matorral mediterráneo, sobre todo el encinar y el coscojar. Es muy adaptable, aunque evita los grandes bosques. Requiere un suelo donde pueda excavar.
Está distribuido por toda la Península Ibérica y las Baleares.
El conejo es de costumbres casi siempre crepusculares; sin embargo, los días calurosos es frecuente encontrarle desde el mediodía o incluso durante toda la mañana. Vive en colonias que suelen construir laberínticas galerías subterráneas, llamadas conejeras.

Reproducción

Para la reproducción construyen una cámara especial de 150 cm de longitud, excavada a una profundidad de 50 cm.
En la naturaleza, el período de acoplamiento se extiende desde marzo a septiembre, durando la gestación unos 30 días. Con 3 a 4 partos por año, dan a luz a 4 ó 5 crías. La madre amamanta a los conejitos durante unas tres semanas, tras las cuales éstos abandonan el nido o conejera a las cuatro semanas. La madurez sexual la alcanzan a la edad de tres o cuatro meses. El número de partos puede verse aumentado si la colonia de conejos de una determinada zona es lo suficientemente densa.

Costumbres

Los límites de sus territorios son marcados con precisión a través de las heces, existiendo además, al parecer, un preciso estamento jerárquico entre los machos de la colonia.
Se desplaza a pequeños saltos. En caso de alerta, el conejo se levanta sobre sus patas traseras (consigue una visión de 360º), con las orejas erguidas, preparado para la huida.
El hecho de que se coman sus propios excrementos durante la noche se interpreta como una actividad rentable para su propia economía, ya que así puede aprovechar las sustancias producidas por las bacterias de su intestino.


Alimentación

Se alimenta de plantas de todas clases, preferentemente sus yemas, hojas, cortezas, frutos y bayas silvestres, que son consumidos con avidez, así como de hongos. En ocasiones ingiere materia animal como dieta suplementaria