jueves, 12 de junio de 2008
LA LIEBRE
Ficha Técnica
Orden: Lagomorfos.
Familia: Leporidos.
Género: Lepus
Especie: Lepus granatensis (Rosenhauer, 1856).
Subespecies presentes: En la Península Ibérica se localizan tres subespecies: la liebre de Galicia (Lepus granatensis gallaecius, Miller, 1907); la liebre de Mallorca (L. g. solisi, Palacios y Fernández, 1992); y, la liebre ibérica (L. g. granatensis , Rosenhauer, 1856)
Longitud del cuerpo: entre 44 y 50 cms.
Longitud de la cola: de 9 a 11 cms.
Longitud de las orejas: de 9,3 a 10,5 cms.
Alzada a la cruz: de 17 a 25 cms.
Peso: de 1.500 a 2.600 gramos.
Status de la especie: Se trata de una especie cinegética que no se encuentra en peligro.
Morfología
La liebre tiene una constitución característicamente atlética, con extremidades finas y largas, pero particularmente dotadas de unos músculos muy poderosos que cuentan además con la peculiaridad de contener hemoglobina, lo que le da el característico color rojo oscuro a su carne, permitiéndole que su velocidad y resistencia en la marcha sea superior a la de otras especies como el conejo.
La liebre tiene muy desarrollados el oído y el olfato, siendo la vista su peor sentido. El tipo de vida que lleva la liebre, en terreno abierto, sin refugiarse en madrigueras abiertas en el suelo, ni entre piedras o troncos de árboles, motiva una especial adaptación del animal a este medio, habiendo desarrollando una particular estrategia defensiva dentro de la etología de la especie. Así, la liebre no solo es muy veloz y ágil, pudiendo alcanzar una velocidad punta de 70 Km/hora, sino que está siempre atenta a cuanto sucede a su alrededor, siendo una estampa clásica de la especie, verla sentada sobre el suelo con las patas delanteras colocadas de forma erguida, para escudriñar y vigilar cuanto sucede en su territorio, en la forma que se reproduce en la imagen principal que ilustra esta ficha. La liebre es también sumamente recelosa y cautelosa, de forma que no se dirige nunca directamente a su lugar de encame, sino que con la clara intención de despistar a posibles depredadores y diluir su rastro, efectúa bruscos giros y cambios en el sentido de la marcha, para terminar dando un gran salto cuando está próxima a su refugio, colocándose en sentido contrario al llevado en la marcha.
Reproducción
El celo tiene lugar a lo largo de todo el año, aun cuando los periodos de celo se solapa con los períodos de máxima abundancia de alimento, de modo que la disponibilidad de comida es lo que va a condicionar más la reproducción del animal, si bien la climatología favorable también le beneficia.
La gestación dura de 42 a 44 días (de 28 a 33 días en el conejo). La gestación de la hembra es de lo más curiosa, habiéndose descrito varios fenómenos en la especie:
- La superfetación: tras la primera cópula queda fecundada, pero sigue siendo receptiva y no interrumpe la ovulación; al poco tiempo, gracias a los espermatozoides que es capaz de retener desde el primer apareamiento, otros óvulos quedan fecundados, desarrollando entonces dos embarazos diferentes, diferidos en el tiempo.
- La reabsorción: consiste en la desaparición física de los embriones implantados en el útero y que por alguna razón han muerto. Lo que puede afectar a uno o varios fetos, por lo que se admite que el aborto no se da en la liebre.
La hembra puede criar durante todo el año, aunque el mayor porcentaje de hembras preñadas se da en los períodos febrero-abril y junio-julio.
Las hembras jóvenes solo tienen dos partos al año, pasando al segundo o tercer año a tener 3 ó 4 partos anuales, lo que mantiene en los años posteriores. La liebre, a diferencia del conejo, no pare en madrigueras, sino que lo hace al aire libre en un lugar que habilita sobre el suelo llamado paridera, una cama que es acondicionada con pelos del animal y hierba seca, donde da a luz a sus lebratos. El primer parto es el menos numeroso, con solo 1 ó 2 lebratos, siendo los siguientes de 3 ó 4 individuos,
Alimentación
La liebre se alimenta básicamente de gramíneas, las que integran un 75 % aproximadamente de la dieta del animal, aun cuando también incluye en su alimentación otros productos vegetales como raíces, bulbos, cortezas de plantas leñosas y frutos silvestres e incluso carroña, particularmente en época de escasez. Muy curiosa dentro de la etología de la liebre, al igual que ocurre con el conejo, es la producción por el animal de unos excrementos esféricos y húmedos recubiertos de mucus que son reingeridos, tomados directamente del mismo ano, sin masticar, ricos en vitamina B12 y microflora, necesarios para la digestión de la celulosa, lo que se conoce como coprofagía, con lo que se desarrolla una falsa rumia. El proceso se ha descrito del siguiente modo: el alimento a la salida del estomago se introduce en el ciego, donde fermenta, estos vegetales ya medio aprovechados, no pueden retroceder de nuevo al estomago, como hacen los rumiantes, sino que los lagomorfos recogen estos alimentos directamente del ano y los vuelven a ingerir, mezclándose con nuevos alimentos del estomago, formado lo que son conocidos como bolos cecales.
Hábitat
Aun cuando las patas cuentan con cinco dedos y uñas excavadoras, al igual que ocurre con el conejo, especie a la que se asimila la huella de la liebre, la abundante pilosidad que cubre toda la planta y dedos impide su marca nítida, la que presenta no obstante un característico e inconfundible aspecto, que se aprecia en las imágenes se reproducen en las fotografías laterales de esta ficha. La huella de la pata posterior es ligeramente mayor que la del anterior; además, cuando apoya o marca el talón, lo que hace para avisar a otros congéneres en situaciones de peligro, deja marcada una línea longitudinal. Aun cuando la huella de la liebre puede confundirse con la del conejo, el análisis en conjunto de uno y otro rastro, particularmente cuando van en carrera y la marca es sobre terreno blando o nieve, es fácil de diferenciar en cuanto que mientras que el conejo deja un curioso rastro en forma de Y la libre tiene forma de L (pueden verse imágenes comparativas), al no estar tan centradas las huellas posteriores con respecto a las dos anteriores en la liebre como en el conejo.